Historia:
Históricamente, su origen se pierde en el tiempo, aunque debió ser ganadero por la existencia de castros Vettones: Cerro del Torrique y Cerro del Salvador. Existen otros restos y citas con la antigüedad: Villa romana de Carnaceda, ermita de San Salvador de la Sierra, en el cerro de su nombre, erigida por el obispo Richila Obilense "in tempore gotorum", mudo testigo del holocausto de siete obispos a manos de los árabes, año 714 (3). Desde entonces es conocido como "parellón de los siete obispos". Atestigua, también, con la ermita-cenobio de San Martín que inicia la construcción San Magno, discípulo de San Galo, año 584 (4).
(1) "Ad Fauces". Entre tragaderos, entre gargantas. "San Epitacio Apóstol y Pastor e Tuy..." 1645.
(2) Servicio Meteorológico Nacional del Ministerio del Aire. Años 1944 a 1968.
(3 y 4) "San Epitacio..." Mencionado.
Reconquistadas estas tierras y ante el reconocimiento, por los Infantes de la Cerda, a Alfonso XI como Rey de Castilla en el Almendral, término de Oliva de Plasencia y año 1331 (5), éste le concede un lote de tierras entre las que se encuentra Garganta la Olla. Con esta donación a los Infantes de la Cerda pierde Plasencia jurisdicción sobre esta Villa, lo que no acepta y sigue imponiendo obligaciones, impuestos y gravámenes, con tal virulencia, que los naturales de Garganta la Olla elevan quejas, amenazando con despoblar la Villa, a sus señores, infantes de la Cerda y éstos al rey Enrique II de Trastámara, quien dirige una extensa carta desde Toro al Concejo de Plasencia, indicándoles que no tienen jurisdicción sobre la Villa de Garganta la Olla y fija las Sanciones pecuniarias a las personas u organismos que abusen, con intromisiones, en el desarrollo normal de la Vida, trabajo comercio y dedicación de estos naturales (6).
Anterior a los Reyes Católicos, la Villa de Garganta la Olla, bien por compras, cambios o herencias pertenece al marquesado de Villena. Este marquesado fue donado a D. Juan Pacheco, de origen portugués, como recompensa por su participación en la batalla de Olmedo; batalla contra la nobleza castellana y los Infantes de Aragón en 1445. Su descendiente, D. Diego López Pacheco, apoyó a la Beltraneja y, tras la batalla de Toro, l476, le fueron arrebatadas sus posesiones que pasaron definitivamente a la corona; aunque no los títulos.
Los sucesivos marqueses de Villena, y hasta el siglo XIX, ejercerán sobre la Villa sólo jurisdicción civil y criminal mediante el nombramiento de las personas que regenten estos cargos.
Se crea importante mayorazgo en "alunbre" sobre "...el tercio del quinto y remanente de sus bienes..." por los marqueses de Villena: D. Francisco Pacheco y su esposa Dª Juana de Toledo para su segundo hijo D. Fernando Pacheco, posterior Marqués de Moya (7).
Volviendo a las relaciones con Plasencia no mejoraron en absoluto, como se demuestra por los numerosos y costosos pleitos entre 1490 y 1493 por "...ocupación indebida de términos..." Finalizados los pleitos a favor, entre otras, de esta Villa, se faculta a Plasencia para hacer un reparto entre los habitantes de sus tierras y pagar los gastos resultantes de los pleitos sostenidos (8).
En 1492 se registra una batalla contra Plasencia: "Guerrillas de San Martín", por intentar Plasencia arrogar la justicia de la Villa. Los garganteños se hicieron fuertes en las murallas de la ermita-cenobio de San Martín, que a la voz de ¡Viva el Conde! Y "...ayudados por gentes de Oropesa, Trujillo y Guadalupe pusieron en fuga a los de Plasencia y sus-aldeas..." (9), que habían invadido el término a la voz de ¡Viva el Rey!
Históricamente, su origen se pierde en el tiempo, aunque debió ser ganadero por la existencia de castros Vettones: Cerro del Torrique y Cerro del Salvador. Existen otros restos y citas con la antigüedad: Villa romana de Carnaceda, ermita de San Salvador de la Sierra, en el cerro de su nombre, erigida por el obispo Richila Obilense "in tempore gotorum", mudo testigo del holocausto de siete obispos a manos de los árabes, año 714 (3). Desde entonces es conocido como "parellón de los siete obispos". Atestigua, también, con la ermita-cenobio de San Martín que inicia la construcción San Magno, discípulo de San Galo, año 584 (4).
(1) "Ad Fauces". Entre tragaderos, entre gargantas. "San Epitacio Apóstol y Pastor e Tuy..." 1645.
(2) Servicio Meteorológico Nacional del Ministerio del Aire. Años 1944 a 1968.
(3 y 4) "San Epitacio..." Mencionado.
Reconquistadas estas tierras y ante el reconocimiento, por los Infantes de la Cerda, a Alfonso XI como Rey de Castilla en el Almendral, término de Oliva de Plasencia y año 1331 (5), éste le concede un lote de tierras entre las que se encuentra Garganta la Olla. Con esta donación a los Infantes de la Cerda pierde Plasencia jurisdicción sobre esta Villa, lo que no acepta y sigue imponiendo obligaciones, impuestos y gravámenes, con tal virulencia, que los naturales de Garganta la Olla elevan quejas, amenazando con despoblar la Villa, a sus señores, infantes de la Cerda y éstos al rey Enrique II de Trastámara, quien dirige una extensa carta desde Toro al Concejo de Plasencia, indicándoles que no tienen jurisdicción sobre la Villa de Garganta la Olla y fija las Sanciones pecuniarias a las personas u organismos que abusen, con intromisiones, en el desarrollo normal de la Vida, trabajo comercio y dedicación de estos naturales (6).
Anterior a los Reyes Católicos, la Villa de Garganta la Olla, bien por compras, cambios o herencias pertenece al marquesado de Villena. Este marquesado fue donado a D. Juan Pacheco, de origen portugués, como recompensa por su participación en la batalla de Olmedo; batalla contra la nobleza castellana y los Infantes de Aragón en 1445. Su descendiente, D. Diego López Pacheco, apoyó a la Beltraneja y, tras la batalla de Toro, l476, le fueron arrebatadas sus posesiones que pasaron definitivamente a la corona; aunque no los títulos.
Los sucesivos marqueses de Villena, y hasta el siglo XIX, ejercerán sobre la Villa sólo jurisdicción civil y criminal mediante el nombramiento de las personas que regenten estos cargos.
Se crea importante mayorazgo en "alunbre" sobre "...el tercio del quinto y remanente de sus bienes..." por los marqueses de Villena: D. Francisco Pacheco y su esposa Dª Juana de Toledo para su segundo hijo D. Fernando Pacheco, posterior Marqués de Moya (7).
Volviendo a las relaciones con Plasencia no mejoraron en absoluto, como se demuestra por los numerosos y costosos pleitos entre 1490 y 1493 por "...ocupación indebida de términos..." Finalizados los pleitos a favor, entre otras, de esta Villa, se faculta a Plasencia para hacer un reparto entre los habitantes de sus tierras y pagar los gastos resultantes de los pleitos sostenidos (8).
En 1492 se registra una batalla contra Plasencia: "Guerrillas de San Martín", por intentar Plasencia arrogar la justicia de la Villa. Los garganteños se hicieron fuertes en las murallas de la ermita-cenobio de San Martín, que a la voz de ¡Viva el Conde! Y "...ayudados por gentes de Oropesa, Trujillo y Guadalupe pusieron en fuga a los de Plasencia y sus-aldeas..." (9), que habían invadido el término a la voz de ¡Viva el Rey!
Pero la
"executoria" más completa por la aportación de datos estadísticos, de
población, festivos, culturales, de tradición, etc. es el juicio que se inicia en
el año 1772 al solicitar la Villa, a su Majestad Carlos III, facultad para el
aprovechamiento integral de las tierras y pastos de su término los numerosos
gastos que, contra sí, tiene contraídos la Villa. A estos e oponen “…sesmeros,
Procurador General de Suelo y Tierra de la Ciudad de Plasencia, el Consejo de
la Mesta y la misma ciudad de Plasencia…” (10).
La "executoria", fallada a favor de la Villa de Garganta la Olla por el Supremo Consejo de Castilla, consta de 1.110 folios útiles y por ambas partes escritos.
La "executoria", fallada a favor de la Villa de Garganta la Olla por el Supremo Consejo de Castilla, consta de 1.110 folios útiles y por ambas partes escritos.
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